En medio de la cuarentena polémica por las finanzas

Por Benito Ortega Hernández

Benito Ortega Hernández

En medio de la “desobediencia civil” por parte de escépticos, incrédulos e irresponsables sobre el escenario de emergencia sanitaria que genera el coronavirus, Gobernadores del noreste del país se organizan en un frente común contra las medidas hacendarias, y el Presidente envía decreto para modificar el Presupuesto Federal, a fin de utilizar los recursos sin las restricciones impuestas por el Legislativo.

Los contagios empezaron a elevarse de manera alarmante en todo el país, al rebasar la cifra de mil fallecimientos, mientras que en Durango se presenta la misma tendencia aunque en menor número, lo cual encendió las alarmas preventivas para intensificar las acciones, con el fin de obligar a la población a mantenerse en confinamiento, y solamente salir de los hogares para actividades esenciales.

Pero aún en sábado y domingo, y pese a los retenes, la gente y los vehículos en las calles no fue tan notoria la disminución, lo que reflejó el desinterés por obedecer las acciones dictadas por la contingencia sanitaria a nivel mundial, y hacer parecer que para muchos aún lo ven como tiempo de vacaciones.

Con tal panorama, los mandatarios estatales de Nuevo León, Coahuila, Tamaulipas, Durango,  y se agregó el de Michoacán, sostuvieron reunión y anunciaron la instalación permanente de mesas en las que analicen las medidas financieras anunciadas por el Gobierno Federal, con el fin de adoptar una postura del grupo, y evitar que se dañen los presupuestos de esas entidades.

Mientras que el Presidente López Obrador, envió iniciativa al Congreso, con el fin de reformar el artículo 21 de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, con el propósito, en términos llanos, de que se le autorice ejercer los recursos sin tener que rendir cuentas al Poder Legislativo.

Según comentarios de especialistas, AMLO pretende blindar los fondos  proyectados para el gasto de sus programas sociales, y las obras que se consideran prioritarias para su gobierno, como el Tren Maya y la refinería de Tres Bocas, en Tabasco.

Asimismo, que se le dote a la Secretaría de Hacienda, de las facultades para que reconcentre los recursos de las partidas que se ajusten y redireccionen por parte de las dependencias federales. Y tal parece que la lleva ganada, porque tiene mayoría en el Congreso.

Proyecta con esta reforma, reorientar partidas hacia el gasto de la emergencia sanitaria, como es el caso del Fondo Metropolitano, que propone destinarlo a microcréditos durante la cuarentena.

De entrada, la iniciativa fue objeto de críticas por parte de legisladores de los partidos de oposición como el PRI, PAN y PRD, que expresaron su condena y rechazo, al considerar que de aprobarse la propuesta de enmienda, sería como entregarle un “cheque en blanco” al ejecutivo federal, lo cual significaría que podría utilizar los recursos presupuestales de manera discrecional, y sin fiscalización.

Y a la par con ello, desde ahora empezó a manejarse la posibilidad de que se reduzca el monto de los aguinaldos para la burocracia en todo el país, sobre todo desde los mandos medios hasta los más altos. E incluso el Presidente se pronunció porque se bajen los suelos de altos funcionarios y legisladores, sin importarle que todo ello lo estipula la Ley. Por lo que serían donaciones por parte de los servidores, en caso de obedecer al jefe de la nación.

También con Pemex, se dice que ya pidió a sus trabajadores acepten la disminución de un 25% de sus salarios, a fin de que lo que se junte, se destine para atender la emergencia en salud a causa del Covid – 19. Y el ahorro iría a parar a las arcas de La SHyCP.

A los gobiernos municipales se les ”dio permiso”  para que reorienten el gasto del Subsidio para el Fortalecimiento del Desempeño en Materia de Seguridad Pública (Fortaseg), hacia la adquisición  de insumos de protección contra el coronavirus, para los elementos de las diferentes corporaciones policiacas. 

Ya se manifestó inconformidad en Alcaldes, que señalan que es responsabilidad del Gobierno Federal, enviar recursos extraordinarios a los municipios, para que se adquieran los insumos de protección a los elementos de las corporaciones de seguridad pública. Y no se puede descuidar todo lo que concierte a fortalecer las acciones de capacitación y equipamiento.

Lo cierto es que la pandemia no solamente alertó a las autoridades en materia de salud, sino que ahora se pueden distraer de lo esencial, para enfocarse a lo financiero, luego de que al menos en teoría, pareciera que la emergencia afectará no solamente las finanzas públicas de los estados y municipio, sino también la de los trabajadores de los diferentes niveles gubernamentales.

En tanto, para las empresas privadas, hay una situación de riesgo, ya que no podrían aguantar mucho tiempo sin productividad, solventando al 100% los salarios de los trabajadores. Requieren el financiamiento público. El panorama se nubla, y hay que actuar, pero de manera consensuada y no con acciones autoritarias.

Los contagios amenazan con incrementarse de manera exponencial y colapsar la estructura hospitalaria, por lo que las autoridades, antes que enfrascarse en peleas políticas que los pueden distraer de lo esencial que es en este momento la emergencia de la epidemia, deben propiciar el trabajo en equipo y en unidad de todos los mexicanos, y eso incluye a los escépticos, incrédulos e irresponsables que hacen caso omiso a las indicaciones. Y si es necesario aplicar medidas coercitivas, que lo hagan.