UPGRADE: MÁQUINA ASESINA

Por Marco Antonio Olaguez Bayona

Marco Antonio Olaguez Bayona

Al final va a resultar que el mayor enemigo de lo divertido es fingir que se tiene libertad. Porque siempre hay que cumplir con lo establecido por alguien (¿el público?) y empezar con un protagonista metiendo el número reglamentario de escenas de acción, llegando a todos los lugares comunes en el momento justo. ‘Upgrade’ pasa fuerte de todo eso, y es lo mejor que le podría suceder a este tipo de cintas, que se siente como una bocanada de aire fresco. ¿Por qué? Porque es tan barata, tan descarada y tan bien engrasada que lo sorprendente es lo rápido que entra en materia. Pero también tiene un arma secreta: la sinceridad y cariño en el mundo de ciencia ficción que construye, donde los implantes cibernéticos y las máquinas automáticas van sustituyendo personas, acaban siendo la mejor garantía para invertir un poquito en la poca humanidad que queda.

¿De qué va? La historia nos presenta a Grey Trace, mecánico que aún en la era de los coches automatizados, sigue empeñado en reparar aquellos que todavía tienen volante, pero eso no es obstáculo para querer a una esposa que mantiene su casa automatizada y a la vanguardia de la tecnología. Todo hasta que un fallo informático le deja en una situación comprometida y la mujer de Grey muere de la forma más desgarradora posible. De aquí se desvela una aventura muy ligera y divertida que nos deja a un mecánico enemigo de lo tecnológico y un chip casi omnipotente, codo con codo, donde la trama escapa de sus clichés y se convierte en un cómic distópico que entra tan bien como luce sus ideas: nunca pensé que ver el movimiento de una cabeza desconectada de su cuerpo, todo mérito de Logan Marshall-Green, director de esta película, jamás pensé que un debutante presentara un trabajo tan fantásticamente hipnótico. Ciertamente la película no es para todos los públicos y debes verla con el mood adecuado, ya que mal mirada, podría parecer algo ya visto, pero son los detalles los que marcan su originalidad. Incluso colarte hacia el final un pequeño poso de a dónde vamos a ir a parar con la obsesión por actualizarnos y hacer más perfecto lo que ya somos… eso solo es saber qué hacer con lo que se tiene, y hacerlo bien. Si te animas a verla que disfrutes la película.