DURANGO, ¿TIERRA DE OPORTUNIDADES?

Por Marco Antonio Olaguez Bayona

Marco Antonio Olaguez Bayona

Soy duranguense, nací y crecí aquí, estoy a punto de cumplir 28 años de edad, he trabajado en el sector público, en la iniciativa privada, he tenido la oportunidad de conocer y vivir en otros estados de la república; recién terminé mi posgrado y veo que Durango es un lugar hermoso para vivir. Muchos de mis contemporáneos, compañeros de generación, amigos o hasta conocidos se expresan con desdén de esta ciudad, los escucho quejarse a menudo, y decir: “Durango está muerto”, “aquí no hay nada”, “no hay oportunidades”, “prefiero irme de este rancho y probar fortuna en otro lado”, “no estoy contento de estar aquí”, “maldito pueblucho”, “no vale la pena”, “literalmente no hay nada” “¿a qué me quedo?”, “quiero ser alguien y en este lugar no lo voy a lograr”. A ellos les digo, respeto su punto de vista amigos, pero no lo comparto para nada. ¿Por qué?, porque por mentalidades así, es que no crecemos como Estado.

Es una realidad que en Durango las oportunidades laborales no son tan proliferas como en otras entidades del país, eso es cierto, pero nos toca a nosotros abrir camino, crearlas, generar empleos, ser emprendedores, ser visionarios, trabajar por nosotros mismos, no por los demás. Y ese es el problema y también la virtud, de un oasis como lo es Durango. Dependerá de cómo queramos ver las cosas, porque si en un lugar no hay nada, es entonces el mejor momento para hacer algo, ¿y adivina qué?, va a ser tuyo. ¿No me crees?, ¿a poco piensas que Carlos Slim no empezó desde abajo?, ¿o Mark Zuckerberg?, ¿te suena Steve Jobs?. A todos nos llega la hora, pero ellos fueron perseverantes, pacientes, determinados, no tiraron la toalla y creyeron en sí mismos, explotaron las oportunidades que tenían y desarrollaron su potencial en función al contexto en el que estaban. ¿Sería terrible que tú lo hicieras, a fin de cuentas, cada quién es libre de ejercer su voluntad de la manera que mejor convenga a sus intereses, pero opino que podemos hacer una diferencia por nuestro Estado, hacerlo crecer, despuntar, trabajar por él, porque vale la pena, ¿o acaso crees que Monterrey, Torreón, Guadalajara, Ciudad de México, Querétaro o León se construyeron solos?; está en nosotros.