Por Marco Antonio Olaguez Bayona

Vivimos en una época de sagas sobreexplotadas, universos compartidos, tiempos de facturación y de lucro, una época en la que el cine se ve más como entretenimiento y no tanto como arte, y no es que esto sea malo, sino que los objetivos se han cambiado y a pesar de esto, el cine contemporáneo ofrece calidad en cuánto a historias y apartados técnicos, sin embargo películas como ‘El Depredador’ nos recuerdan que lucrar por lucrar no es la solución. Nunca.

Marco Antonio Olaguez Bayona

Y es que la historia nos sitúa en un planeta postmodernista en el que desde los confines del espacio hasta los suburbios de las pequeñas ciudades, hay una especie que amenaza al universo, y me refiero a los cazadores más letales del universo. Los depredadores. Son más fuertes, más inteligentes y más mortales que nunca, y se han mejorado genéticamente con ADN de otras especies. Cuando un niño accidentalmente desencadena su regreso a la Tierra, solo un grupo de ex soldados y una profesora de ciencias podrán evitar, quizá el fin de la raza humana. ¿Cómo tomar esta cinta? Ciertamente como un insulto a la galaxia de los depredadores y a la nuestra. Un insulto que lo pagaremos caro la próxima vez que vengan. Los productores han querido dar un paso adelante con esta tercera parte, y no es más que un paso atrás definitivo, un auténtico churro. Encima connotaciones bárbaras en los diálogos, fascistas, que buscan ser irónicas, pero que no nos deja nada, sólo un vacío, y es que el director trata a su audiencia como estúpidos, cómo si no existiera sentido común.

Y el mayor insulto va al mismo depredador. Si es que parece un depredador de Tercera, no es él, está claro, pero que no sepa ni utilizar sus gadgets, al revés, los pierde como el que pierde la cartera cuando sale del coche; ya casi ni se mimetiza. Han utilizado la patente del dibujo para ridiculizarlo, para forzar una trama que es ridícula de entrada, que carece de sustento y sobretodo que tiene un guión con una crisis argumental tristísima, con efectos decadentes, siendo honestos ni siquiera será posible que lo tomemos con humor, y no es que sea fanático de las películas de esta franquicia, pero si amo al cine, y esto no vale la pena.