OCEAN’S 8: LAS ESTAFADORAS

Por Marco Antonio Olaguez Bayona

Hollywood vive una realidad curiosa, son tiempos de inclusión de facturación, de no arriesgar, de ir a la segura y sobretodo de poca creatividad. Y seguramente me dirás ¿Por qué tan agresivo? La realidad, es que por propuestas como ‘Ocean’s 8’ proyectos prometedores no tienen tanta difusión o bien tanto apoyo, y no me malentiendan, Hollywood y sus productoras están tratando de lavar ciertas culpas ¿Cómo? Pues rehaciendo y relanzando éxitos protagonizados por hombres sustituyéndolos por un elenco femenino ¿Se acuerdan del desastre de ‘Las Cazafantasmas’? En esta ocasión tocó la trilogía de Steven Soderbergh, ‘Ocean’s 11’ pero ahora tenemos ladronas y no son once, son ocho. ¡Que genialidad!

Marco Antonio Olaguez Bayona

Partamos de la historia. Debbie Ocean, interpretada por una mediocre Sandra Bullock es la hermana de Danny Ocean, el personaje que interpretó George Clooney en Ocean’s 11, ella, ¡adivinaron! Es una estafadora recién salida de la cárcel, que reúne un grupo de amigas para robar, su secuaz es Cate Blanchet, a quien convence para ejecutar el ambicioso plan: robar un valioso collar de Cartier, el Toussaint, valuado en 150 millones de dólares. El collar será usado por una celebridad, Daphne Krueger, interpretada por una brillante Anne Hathaway, por lo que Debbie y Lou arman un equipo conformado exclusivamente por mujeres, Rose Weil (Helena Bonham Carter), una diseñadora de moda en desgracia, Tammy (Sarah Paulson), la hacker Nine Ball (Rihanna), Amita (Mindy Kaling) y Constance (Awkwafina), con el fin de colarse a la gala anual del Metropolitan Museum of Art y dar el gran golpe.

Gary Ross, el director, se inspira intensamente en las tres entregas dirigidas por Soderbergh; el look, el estilo narrativo, los cameos e incluso la ejecución del robo, todo es idéntico, excepto que ahora son mujeres las que ejecutan. Mi problema con esta película no es que sean mujeres, sino que ahora podemos reciclar historias, cambiar el elenco y venderlas una y otra vez. Este tipo de ejercicios no son malos, son de una calidad mediana, pero no proponen nada, buscan lucrar, y seguir lucrando con una idea ya desarrollada, quizá la gran estafa no la están realizando los actores, sino las productoras que asumen que no somos un mercado pensante. Si te animas a verla que disfrutes la película. Aunque sea más de lo mismo.